La herida de la insuficiencia se forma en la infancia cuando sentimos que no somos valorados por quienes somos, sino por lo que hacemos. Esto nos lleva a la autoexigencia extrema, la comparación constante y la sensación de vacío incluso cuando alcanzamos logros.
Sanar esta herida comienza cuando dejamos de buscar validación externa y empezamos a reconocernos desde adentro.
¿Qué pasaría si hoy decidieras que eres suficiente, sin tener que demostrar nada?
Pequeños pasos como la autoaceptación, el autocuidado y el desapego del reconocimiento externo pueden cambiar tu percepción sobre ti mismo/a.
Si quieres profundizar en esta sanación y liberarte del peso de la insuficiencia, únete a nuestro próximo taller de sanación emocional Sanando La Insuficiencia.
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Facultad de Educación Física, Recreación y Deporte