Reflexiones desde Rectoría: La radio se puso de moda

Desde el año 1929 cuando el barranquillero Elías Pellet Buitrago, creó la Voz de Barranquilla, , extendiendo unos cables por los techos de los vecinos, para hacer llegar una señal sonora a unos pocos receptores ubicados en algunas casas, Colombia comenzó a vivir la magia de la radio, el llamado teatro de los ciegos. Un medio que posibilita crear imágenes propias, para vivir fantasías inimaginables.

Y aunque nos llegó 23 años después de que el profesor canadiense Aubrey Fessenden, trasmitiera su voz y unas obras musicales de Haendel en la isla de Terranova, y ocho años después que empezaran a funcionar las primeras emisoras en Uruguay, la radio se metió en nuestras vidas para quedarse. Con razón decía el poeta Julio Flórez: “Todo nos llega tarde, hasta la muerte”.

Con el eslogan de la primera radio-estación en Colombia: “la cultura del mundo al oído de los colombianos”, nuestros ancestros, acostumbrados a despertarse con el cacaraqueo de los gallos, ahora lo hacían escuchando noticias propias y ajenas, y conociendo una infinidad de cantantes y agrupaciones, que entonaban los mejores tangos, boleros, danzones, cumbias y porros de la época.

Y luego, la radio comenzó a conmovernos con historias que marcaron generaciones, llevadas a su lenguaje técnico a través de las radionovelas. Voces inconfundibles protagonizaron: El Derecho de Nacer, La Ley Contra el Hampa, Arandú el príncipe de la selva, Kalimán, Los Cisnes Azules, Renzo el Gitano, Kadir el Árabe” y “León de Francia”, entre otras.

Quién no anheló ganarse un premio en los programas: Coltejer toca a su puerta, El peso Fabricato, Dímelo con música, El telefonazo Lúa, Cántela si puede y La Hora Phillips. Y qué decir de la radio informativa, nacida con el reporte del accidente del avión de Scadta que terminó con la vida del Morocho del Abasto, Carlos Gardel, en el aeródromo Las Playas de Medellín el 24 de junio de 1935. De toda esta historia se desprende el nacimiento de las grandes cadenas RCN y Caracol en 1948, fruto de la novedad hecha empresa.

También nos enseñó a reír a carcajadas con el ingenio de Los Tolimenses, Los Chaparrines, Héber Castro el coloso del humor, Las Aventuras de Montecristo y La escuelita de doña Rita.

Antioquia le ha aportado a la historia de la radiodifusión las mejores páginas con sus grandes talentos y sus encantadoras voces. Hoy damos un paso más en esa historia, al firmar el convenio interinstitucional con la emisora ALFA STEREO 106.3 F.M. para desarrollar conjuntamente acciones académicas y culturales para el beneficio de la comunidad antioqueña.

Con la Facultad de Comunicación Audiovisual del POLI como gestora de este acuerdo y con el gran talento de sus profesores y estudiantes, lograremos escribir un nuevo capítulo de la radio como medio irremplazable de comunicación social masiva. La unión universidad – empresa, siempre rendirá frutos, si nuestras mentes creativas derriban las fronteras que limitan el pensamiento humano.

Somos protagonistas de la revolución de la educación a través de la radio. Por las ondas hertzianas propagaremos los mejores contenidos que lleven la cátedra más allá de las aulas. Hace 73 años, el sacerdote boyancense José Joaquín Salcedo Guarín, fundó Radio Sutatenza y con ella logró llevar el Bachillerato por Radio a miles de compatriotas del campo y de la ciudad. Hoy la crisis provocada por el Covid-19, nos ha recordado que son válidas todas las formas de llegar a nuestros estudiantes y a la comunidad en general.

Señores… ¡La radio volvió a ponerse de moda!

Libardo Álvarez Lopera
Rector