Reflexiones desde Rectoría: La regionalización del POLI, una realidad que estamos construyendo

La grandeza de Antioquia está representada en sus nueve subregiones, cada una de ellas con características particulares que enriquecen la diversidad étnica, cultural, social, natural y económica de un departamento llamado siempre a ser líder y a generar las mejores ideas para nuestro país.

El corazón de Antioquia late en todos sus puntos cardinales. La pujanza de la llamada raza paisa, nos convoca a hacer presencia efectiva en todos y cada uno de los rincones de nuestra tierra. La ausencia de gobierno y por ende de oportunidades equitativas para la gente, han hecho que tengamos un crecimiento desigual.

La macrocefalia del Valle de Aburrá frente al resto del departamento, obliga continuamente a que los hombres y mujeres del campo migren hacia este territorio, atraídos por un imán poderoso y hostil. A veces las oportunidades que con tanta ilusión esperaban encontrar en la gran urbe, se diluyen en medio de la decepción y los envuelve en una profunda miseria.

Establecimos una dinámica social y económica incapaz de resolver los problemas que afrontan nuestras comunidades. La inconformidad eterna de los antioqueños por el centralismo que se ejerce desde Bogotá, es una realidad que se repite desde la región metropolitana hacia los otros 115 municipios de Antioquia. Mientras más lejos del centro del poder y las oportunidades se encuentra una población, menos derecho tiene de acceder al desarrollo y a las oportunidades.

Muchas veces hemos pretendido quitarnos la venda ante tanta ceguera y devolverle la esperanza a millones de habitantes de nuestra amada Antioquia. Pero los esfuerzos han languidecido en medio de la mezquindad de muchos dirigentes que concentran toda su energía en una porción de habitantes del departamento, después de haber acudido a la totalidad del electorado para poder llegar a sus encumbrados cargos.

Es ahora o nunca cuando nos debemos volcar a las subregiones, en nuestro caso, con educación pertinente y de calidad, impartida desde municipios eje, que convoquen y faciliten que todos nuestros jóvenes tengan acceso a los programas técnicos, tecnológicos y profesionales que requieran sus comunidades. Debemos también educar para el trabajo, generando una mentalidad emprendedora en nuestros muchachos, llenos de talento y ganas de salir adelante.

No podemos seguir negándole el acceso a la educación a miles de antioqueños que no están dispuestos a dejar a sus familias y a sus pueblos atrás, por venirse persiguiendo un globo hasta el parque de Berrío. Los principios de esta democracia que nos ufanamos de practicar, son una forma de vida y se requiere para ejercerla a plenitud, del respeto de los derechos humanos y de la práctica de los valores como libertad, justicia, igualdad y solidaridad.

Hace 25 años cuando tuve la honrosa oportunidad de dirigir los destinos del Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid por primera vez, comprometí todos mis esfuerzos en la regionalización de esta gran Institución y a fe que con esfuerzo y cariño por nuestra gente, logramos llegar a una gran porción del territorio, impactando positivamente a nuestros jóvenes. Hoy cuando la vida me da una segunda oportunidad de estar en este cargo, retomo las banderas para volver a construir lo que tanto esfuerzo nos costó y en tan poco tiempo se diluyó.

Hoy nuestra presencia es activa en Urabá, el oriente cercano, el occidente, el norte del Valle de Aburrá, y desde esta semana el sur del área Metropolitana, con incidencia en el suroeste de Antioquia, gracias a convenios pactados con la Alcaldía de Sabaneta y Unisabaneta.

Seguiremos con afán, pero sin prisa. Esta cruzada por la presencia efectiva del “POLI” en las nueve subregiones del departamento no tiene marcha atrás. Convoco a los alcaldes y a todos los verdaderos líderes de nuestros municipios, para que con entusiasmo busquemos las posibilidades financieras y logísticas para establecernos definitivamente en el corazón y en la formación de nuestros jóvenes, sin distingo alguno.

Nelson Mandela, el gran líder sudafricano, solía decir que: “La educación es el arma más poderosa que puedes tener para cambiar el mundo.”

Libardo Álvarez Lopera
Rector