Mensaje de fin de año del rector del Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid, Libardo Álvarez Lopera

Apreciada comunidad académica del “POLI”. Queridos padres de familia de nuestros estudiantes.

Estamos terminando un año lleno de sobresaltos, de ausencias y de carencias; pero también de esperanzas y anhelos aplazados, que serán nuestro motor de vida para el 2021. Nunca nos pasó tanto en tan poco tiempo y aquí estamos, unidos como uno solo para luchar por las causas propias y colectivas que nos llenen de fortaleza.

Nuestra Institución se puso a prueba en muchas de sus acciones cotidianas. Tuvimos que cambiar abruptamente la modalidad presencial por la virtual asistida. Nos vimos obligados a variar los calendarios de ambos semestres y enfrentamos con éxito por fortuna, la crisis económica desatada a todos los niveles por las medidas restrictivas que de manera obligatoria tuvo que adoptar el país y el mundo.

Como en la vieja canción del gran tenor venezolano Alfredo Sadel: “somos de hierro, fundidos en tristeza, moldeados en dolor.” Hoy más que nunca hemos aprendido a valorar un beso y un abrazo, a extrañar nuestra rutina y a entender que el tiempo pasa, que no se recupera y que solo deja huellas.

Entraremos en un año histórico para el “POLI”. Gracias al trabajo conjunto de todos los estamentos, podremos alcanzar muy pronto la Acreditación Institucional, paso fundamental para afianzarnos en los grandes escenarios académicos, productivos y sociales. Veremos la materialización de cambios fundamentales en nuestra infraestructura física, poniéndonos al día en el cumplimiento de nuestro Plan de Desarrollo. Y haremos realidad el anhelo y la obligación que tenemos con las regiones, de volver a ellas con programas pertinentes, modernos y de calidad, para devolver con justicia una ausencia de 20 años.

La nueva realidad nos necesita unidos para seguir avanzando y para amar la vida más que nunca. El Padre Pio, Santo italiano de Pietrelcina, decía que: “El amor y el temor deben estar unidos: el temor sin amor se vuelve cobardía; el amor sin temor se transforma en presunción. Entonces uno pierde el rumbo.”

Reciban un abrazo sincero siempre.

Libardo Álvarez Lopera
Rector

Medellín, diciembre 21 de 2020

Carta Firmada